Yoga Sûtras de Patañjali, traducción al castellano de José Antonio Offroy
Autor: Marco Antonio Loza Sanjinés
La obra de Patañjali
Con Atha yogânusâsanam (“a continuación se expone la enseñanza del
yoga”), comienza la obra fundacional del Yoga: los “Yoga-Sûtras” (1) de
Patañjali, y con este tratado se abre un mundo de experiencias, innumerables
malentendidos, rastros de obras que se han perdido, todo el movimiento del
saber y del pensamiento de la India antigua.
Con los “Yoga-Sûtras” comienza una corriente que fluirá,
influirá y cambiará la manera de ver (por eso el Yoga es un Darshana, de “drish”
= ver, contemplar; un modo de ver, de contemplar) de India. Detrás quedaba una
práctica de siglos, vías diversas y dispersas de liberación (mukti), Patañjali les daba un ordenamiento
lógico, casi matemático. Dasgupta, el gran comentador moderno de los
Yoga-Sûtras, sostiene que Patañjali también escribió un tratado de gramática el
Mahâbhâsya o “Gran Comentario” a la
obra de Panini, de ahí su gran pasión por el silogismo exacto, preciso, por la
consecución de un pensamiento que, en su devenir, arrastra a sus precedentes.
El Yoga es esencialmente una práctica, un método, una
técnica de liberación, por eso Patañjali necesitó de una base filosófica,
teórica, para edificar su sistema técnico, este recurso teórico fue el más
antiguo Darshana (“sistema filosófico”) de la India clásica: el Sâmkhya.
El Sâmkhya (palabra sánscrita que
quiere decir “discriminación”, “enumeración”), es —como sostiene Javier Arnau
(2)— la primera de las grandes cosmologías de la India clásica, quizá en sus
orígenes fue la manifestación más avanzada contra la ritualización extrema del
brahmanismo. Al igual que el Yoga, el Sâmkhya se encuentra en el período
clásico de la India, en el que la escritura es la manera más importante de
transmisión, pero, también, al igual que el Yoga, el Sâmkhya procede de la
tradición oral. El Sâmkhya elabora una compleja metafísica, una enumeración de
lo real, en él todo es número: hay tres gunas
o manifestaciones de la materia: satva,
rajas, tamas; hay 8 manifestaciones de la mente; 50 categorías en las que
se manifiesta lo dado, etc. El Sâmkhya, realiza una distinción fundamental
entre una conciencia original imperturbable y sin contenido denominado: purusa
y una materia de la que todo ha surgido denominada: prakrti.
El Yoga de Patañjali
Patañjali basó su sistema en este pensamiento metafísico, de
tal manera que suplementase al Yoga, sus diferencias son poco numerosas —nos
dice Mircea Eliade (3)—, las dos más importantes son: la primera, que el Sâmkhya
es ateo, en cambio el Yoga de Patañjali postula a isvara (dios) aunque de una manera forzada y con casi ninguna
importancia para la técnica de liberación misma; la segunda, para el Sâmkhya,
la liberación se da por el conocimiento metafísico, por la liberación de la
ignorancia, para el Yoga la liberación sólo puede darse mediante las técnicas
de la meditación.
Patañjali, describe estas técnicas, las enumera (como en el Sâmkhya),
en el capítulo titulado Sâdhana Pâda, cita:
1) Yama = Abstenciones
2) Niyama = Observancias
3) Âsana = Postura corporal
4) Prânâyâma = Control de la respiración
5) Pratyâhâra = Abstracción sensorial
6) Dhâranâ = Concentración
7) Dhyâna = Meditación
8) Samâdhayah = Interiorización completa
Esta “enumeración” sistemática constituye la columna
vertebral de todo su sistema, es el Ashtanga Yoga o “Yoga de los ocho pasos (ashtâv-angâni)”.
Con el tercer paso, comienza propiamente la práctica del yoga, el âsana conduce
a un cuerpo estable con un mínimo de esfuerzo, aunque al principio de su
práctica puede resultar incómodo o doloroso, el âsana suspende la presencia del
propio cuerpo, con lo que los demás angâni pueden realizarse.
Según Mircea Eliade (4), la edición en sánscrito más
conocida de los Yoga-Sûtras, es la publicada por Anandâshrama Sanskrit, con el
comentario Yoga-Bhâsya de Veda-Vyâsa, la traducción al inglés de esta obra
es de 1914.
El Yoga-Bhâsya o “Gran comentario”
Los Yoga-Sûtras siendo el fundamento del Darshana
más importante de la India, tuvo muchos comentadores, entre los más importantes
están el rey Bhoja, que vivió a principios del siglo XI, escribió el
comentario: Râjamârtanda; otro comentario
muy importante es el de Vijñânabhiksu que comentó el Yoga-Bhâsya de Vyâsa; otro gran comentario es
el Maniprabhâ de Râmânanda Sarasvati en el siglo XVI; por supuesto,
entre los comentarios modernos están los de Surendranath Dasgupta y de Mircea Eliade.
El “Gran comentario” sobre los Yoga Sûtras, el Yoga-Bhâsya
de Veda-Vyâsa es el más importante de la obra de Patañjali, es también el más
citado, ya que lo esclarece, su explicación se hace necesaria, debido a la
densidad de pensamiento contenido en cada sûtra. Debemos decir, además, que los
comentarios a una obra fueron el recurso más utilizado en la India clásica,
fueron una manera de transmisión que, al mismo tiempo, defendía la propuesta
original de un texto y lo utilizaba para forjar nuevas ideas.
La traducción de Offroy
En castellano las escasas ediciones venían
siempre de la mano de una re-traducción, casi siempre del inglés, circulaban y
circulan todavía versiones catastróficas del tratado de Patañjali, por eso la
traducción que nos presenta José Antonio Offroy Arranz: El yoga de Patañjali
los Yoga Sûtras (5), viene a renovar la lectura sesgada que se tenía en
las anteriores versiones castellanas.
Junto con el tratado de Patañjali, esta edición
trae el Yoga-Bhâsya
de Vyâsa, acompañando a cada uno de los aforismos del tratado original y,
añadiéndolo completo en su versión original y transliterada al final de libro,
se constituye así, en un libro imprescindible para estudiar seriamente —en
idioma castellano— el yoga clásico.
Notas:
(1) Patañjali. Yoga Sûtras. Con el comentario Yoga
Bhâsya de Vyâsa. Textos sánscritos en devanagari y
transliterados, traducción lineal y palabra por palabra. Trad. José Antonio
Offroy Arranz. (Madrid: Ediciones Librería Argentina, 2012)
(2) Juan Arnau. Cosmologías de India. Védica, sâmkhya y budista. (México:
Fondo de Cultura Económica, 2012)
(3) Mircea Eliade. El Yoga. Inmortalidad y libertad.
Trad. Diana Luz Sánchez. (México: Fondo de Cultura Económica, 1991)
(4) Ibídem.
(5) Offroy. Obra citada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario